Don Freddy, todos conocemos de su desprendimiento y solidaridad por los más necesitados en momentos en que hay que extender esa mano amiga ó familiar en
este caso. Ya usted debe saber a lo que me refiero en esta oportunidad...A su
sobrina, Yvonne Cristina Beras, a esa profesional de la comunicación, a esa joven mujer, que siendo una niña usted nos enseño a querer, con sus anécdotas sobre sus vivencias en España, hoy ella necesita que usted la vuelva a arrullar sobre sus brazos...Le faltaron el respeto como profesional, como empleada y como mujer. En sus manos está, Don Freddy.
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